El artículo consistía en que en un parque los niños jugaban entre ellos y se decían ¡estás castigado/a!, en que ellos mismos imitaban a sus padres y que indirectamente utilizaban la disciplina desde pequeños.
En consecuencia de lo que ve en sus padres es lo que harán ellos.
Para que esto no ocurra unas psicólogas han propuesto medidas contra el castigo, favoreciendo también la comunicación no violenta, ya que el castigo no es la mejor forma educativa, aunque sí la más rápida y eficaz a corto plazo, pero esto puede producir unas graves consecuencias a largo plazo.
La mayoría de las veces se actúa de la forma en la que te han enseñado, por ejemplo, yo grito porque me han enseñado a gritar y yo hago lo mismo, me han educado de esa forma, y esto no debería ser así, porque ya es más bien un tema moral, no hagas lo que no quieres que te hagan.
Los niños/as deben de comprender que si hacen las cosas bien obtendrán un refuerzo positivo, hay que tener mucho cuidado con esto porque se tiende a decir "si haces los deberes, te dejo que juegues a la Nintendo" por ejemplo, y esto puede crear adicción y a parte de la adicción harán las cosas bien por conveniencia para obtener algo, y a este punto tampoco de debe de llegar, hay que estar en un punto intermedio.
Los niños/as deben de conocer las consecuencias de sus acciones, ya sean positivas como negativas.
Esther Serrano, pediatra, ha establecido una serie de pautas para saber cómo, cuando y de qué manera establecer un castigo. Las pautas son las siguientes:
- El tipo de sanción y el modo de aplicarla debe adecuarse a la edad
- Para los pequeños pueden ser útiles técnicas como el 'tiempo-fuera' (que el niño se pare a pensar sobre su comportamiento en algún lugar durante el tiempo que corresponda a su edad -dos años, dos minutos; cinco años, cinco minutos...).
- Siempre que se aplique una sanción se debe avisar previamente al niño, se le debe explicar cuál será el castigo y porqué. El pequeño debe conocer las consecuencias de sus acciones.
- Se debe ser firme y coherente en su aplicación, debe aplicarse de forma inmediata tras la mala conducta y debe ser proporcionado al hecho que ha ocurrido. Nunca debe depender del estado de ánimo de los padres.
- Se le debe dar la oportunidad de repetir la conducta de forma adecuada y se debe reforzar esta conducta correcta cuando ocurra. El castigo siempre tiene que combinarse con técnicas de refuerzo positivo.
- Nunca se les debe comparar con otros niños, ni humillarles, ni utilizar la comida como premio o castigo, ni retirarle el cariño.
- Ayudarle a desarrollar habilidades de autocontrol.
- No abusar del castigo. Si esto se produce los niños, se sienten tristes, inseguros y amenazados. La comunicación entre padres e hijos puede deteriorarse y también los vínculos emocionales entre ellos. Los niños y también los padres pueden sentir sentimientos de ansiedad y de culpa.
Otras de los aspectos que destaca el artículo es que jamás se debe de recurrir al castigo corporal.
Para educar hay que establecer unas normas y límites. El diálogo es la mejor herramienta.
Para la comunicación no violenta se propone potenciar la escucha, la observación, frente a la impulsividad o a los juicios internos.
Es fundamental ponerse en la piel del niño/a para comprenderlo y sobre todo escucharlo más allá de las palabras que digan.
Yo creo que este artículo a parte de servirle a los padres, también le sirven a los docentes, porque todo lo que se dice se lo puede llevar a su terreno y crear con ello un clima más agradable en la clase e incluso en el mismo centro educativo.
Quiero resaltar las consecuencias que puede tener algunos actos como el castigo corporal en el futuro de un niño/a y creo que no hay mejor forma de ver esto que con un vídeo.
¡POR FAVOR, NO DEJÉIS QUE UNA MALA EDUCACIÓN Y UNA MALA FORMA DE ACTUAR LLEGUE A ESTO!
Os dejo aquí también el enlace del artículo virtual:
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