No es nada nuevo que la calidad y eficacia de las prácticas
docentes son clave en la mejora del aprendizaje del alumnado, ya basta de
echarle las culpas siempre al alumnado de que no dan unos buenos resultados
académicos.
Hace 50 años esto ni siquiera se planteaba ya que lo que
dijera el maestro/a iba a “misa”. Si los maestros maltrataban a su alumnado los
padres de estos niños/as le castigaban
aun más cuando llegaban a su casa y ni siquiera le pedía razones del porqué
había ocurrido eso, en cambio decían: “¡bien lo tienes merecido, algo habrás
hecho!”.Por suerte, esto ahora no es así y hay muchas leyes de protección al
menor. Los tiempos han cambiado hasta el punto que se muestra en la foto.
Volviendo al tema del artículo, como bien dice tiene escaso
sentido hacer hincapié en los cambios organizativos o curriculares dentro del
centro si no es porque van a tener un impacto positivo en cuanto a las
prácticas docentes de enseñanza-aprendizaje en el aula. La mejora de los
resultados académicos de los alumnos no se dará si paralelamente no se da la
formación del docente.
Bajo mi punto de vista considero que la formación del
docente debe de ser permanente y actualizada, no nos podemos quedar
desactualizados en un tema tan importante como la educación, ya que el alumnado
que tengamos va a vivir en una sociedad que si no se está actualizado/a en todo
momento no se avanza y por lo tanto juegas con desventaja influyendo esto en tu
futuro.
Otro punto muy importante también y que tiene que ver con la
formación del docente, es la comunicación y relación que haya entre los
compañeros (maestros/as). Recuerdo que hay que enseñar y dejarse enseñar.
Tanto
el alumnado como los propios compañeros pueden hacer seguir tu formación de una
manera indirecta, ya que con las experiencias de distintos compañeros con su
clase puedes aprender.
Un aspecto a destacar del artículo es que no se puede
valorar y evaluar tan solo el nivel final de la consecución de objetivos, hay
que evaluar y valorar todo el proceso de aprendizaje. Esto nos sirve para ver
en qué el docente se equivoca y como no para mejorarlo. En esto consiste la
evaluación y no la calificación. Porque las cosas importantes no llevan
calificación.
Según las investigaciones dadas, se estima que un alumno con
profesor de alto rendimiento teniendo un percentil del 50% puede subirlo a un
90%, en cambio si un alumno con un percentil del 50% con un profesor de bajo
rendimiento puede bajarlo hasta un 37%. Estos datos son terribles porque
depende de un profesor u otro, el aprendizaje de un alumno/a puede ser mejor o
mejor repercutiendo en su futuro, estos datos son terribles pero ciertos.
La metodología y la relación profesor-alumnado es otro
factor muy importante en el aprendizaje del alumnado. Igualmente el tipo de
actuaciones del profesorado puede tener un impacto positivo o negativo en el
aprendizaje de los alumnos/as.
Otra de las investigaciones realizadas es que según las
expectativas que tenga el docente de su clase el resultado será positivo o
negativo. Por ejemplo: si un profesor tiene altas expectativas de su clase,
tiene más posibilidades de obtener resultados positivos que negativos, y esto
pasa lo mismo si se tiene expectativas negativas, tendrá más posibilidad de
obtener resultados negativos que positivos. La comunicación entre el
alumnado-maestro debe de ser la mayor posible y hay que destacar los aspectos
positivos de cada alumno para que así suba su autoestima y en consecuencia
aumente su capacidad de aprendizaje, ya que la autoestima es fundamental para
la etapa de educación primaria y la etapa de adolescencia.
Como bien se dice en el artículo el buen docente tiene una
serie de características profesionales, estas son: a) profesionalismo; b)
liderazgo; c) pensamiento; d) planificación/situar expectativas; e) relación
con otros.
Además el buen docente debe de utilizar unas ciertas
estrategias didácticas apropiadas a la enseñanza que imparta. Estas estrategias
se mejoran creando una “comunidad profesional de aprendizaje”, esto es más o
menos el intercambio de estrategias, pensamientos, opiniones,… entre colegas en
el propio establecimiento escolar.
Por último voy a tocar el tema de la necesidad de rediseñar
el trabajo y la organización en las escuelas para las mejoras educativas
demandadas. Para que esto ocurra se debe de tocar el “núcleo duro” de la enseñanza. Para mover ese “núcleo”, se debe
incluir cambios organizativos, es decir, una estructura favorable para la
mejora, tales como la reordenación de los establecimientos de enseñanza,
redistribución de los grupos y salas de clase, agrupamientos de los alumnos, responsabilidades de los
profesores, relaciones entre los profesores en su trabajo cotidiano, así como
el proceso de evaluar el aprendizaje. En caso contrario, serán
asimilados/acomodados a los modos anteriores.
muy buena reflexion para los docentes, la actualización permanebte y la empatia con los estudiantes
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